- Área: 450 m²
- Año: 2015
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Fotografías:David Cervera Castro
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Proveedores: Chukum
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Por causalidades de la vida, tuvimos la oportunidad de presentarle a una pareja joven, con una no tan clara visión de lo que querían, pero convencidos de lo que no; la propuesta, que meses más tarde comenzaría a materializarse con los primeros trazos de esta residencia de 450m2 de construcción, en un terreno de forma regular, rondando los 900m2 de superficie, sembrada en una Privada de Autor, en una tranquila zona residencial en la parte más bella y segura del Sureste Mexicano.
La casa se plantea en un solo Nivel, y logra a través de una muy básica zonificación y un esquema prácticamente “de escuela” asentarse cómodamente en el terreno, vinculando los espacios públicos de los privados a través de un “ patio húmedo arbolado” hogar de las carpas que con tanto ahínco atesora el esposo.
El esquema de “bloques” desfasados, pretende generar visuales y al mismo tiempo privatizar las zonas unas de otras; la elección de una estructura espacial a través de muros que apuntan norte sur, de cierta forma enfatiza el carácter de la casa, su condición de estrecha relación entre el adentro y el afuera, al punto de perder la noción de cuando uno se encuentra en un espacio o en otro.
Salirse un poco de la manera tradicional, repetitiva, ya casi a modo de receta, del espacio continúo, fue una encomienda particular y reto personal. Lo social puede estar divido y esto no implica ausencia de fluidez. Cada espacio tiene una identidad propia, pero cada espacio reconoce su papel dentro del todo.
La elección de materiales, dista un poco de lo convencional. Los pisos fueron hechos en concreto, y para darles un agradable “twist”, fueron colocadas virutas de vidrio ámbar, que mezcladas con el mismo y luego pulidas generan una serie de interesantes e inquietantes destellos.
Los muros fueron pensados en Chukum, una resina de un árbol local que forma una pasta que se aplica sobre el emparche existente, y al mezclarse con otras resinas y aplicarse en diferentes condiciones y tiempo, generaron contrastes y colores muy interesantes.
Si la direccionalidad apuntaba al patio, pero en el se posaban y miraban las áreas privadas, ¿cómo perderlas? La decisión fue fundir los pisos con los muros, y de pronto el jardín que yacía en horizontal, tomo verticalidad, los muros privados fueron recubiertos con una mezcla de cemento y tierra roja, y luego solo esperaron que las Enredaderas hicieran su parte del trato: Subir. En un instante, el exterior “devoró” la zona privada de la casa y esta tan solo desapareció.
El vidrio, acero y madera fueron los elementos complementarios para lograr esta atmosfera de cálida modernidad. La elección de la madera fue local, el Tzalam, madera dura de la región, está presente en puertas, lambrines, detalles y acentos.
La joven pareja trascendió la etiqueta de clientes y se convirtieron en grandes amigos, sumándose al proceso de diseño, aportando la frescura de sus ideas para la elaboración de detalles que le confirieron a la vivienda identidad propia, un toque de pertenencia, una marca personal.
Las “locuras” de pronto eran sometidas a consenso, y resultaban en importantes requerimientos programáticos necesarios de atender y en otras tantas ocasiones cuestionaban detalles de diseño resueltos en automático. La “Cereza del pastel” se observa en el Patio Ingles, planteado debajo del área de la recámara principal, un espacio al que se llega a través de una escalinata vegetal, a manera de alfombra del jardín que se desdobla hacia abajo.